Pontevedra (21-07-10)
Esa luna, llena, plena. Esa, luna blanca, que nunca nos aturde con sus rayos. Acaso pensabas que podría poner la luna a tus pies 
¿Acaso soñabas en mirarla juntos, con un sólo corazón?
¿Acaso tu mano se estiraba más y más para ofrecérmela como presente cuando me despertara en la mañana?
 
 

 
 
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