Fugaz y efímero parece lo bueno, más perenne e incesante lo malo. Cuánto más duradero cuanto más importancia prestamos.
Esa mañana después de salir, bajo un templado sol de invierno,
yo estaba ahí, delante de ese puesto en el mercado de antigüedades,
mirando, observando durante algún tiempo,
la mirada fija en esa multitud de antiguallas, grandes, pequeñas. brillantes, de madera...
..............cosas que fueron....
pero que ahora no son lo que deberían haber sido, su vida sigue ahí,
sobre esos tapetes de colores,
en su insoportable levedad de un cuerpo vacío y silencioso.
Después de tanto camino vivido, vinisteis a morir aquí
a la orilla de mi otra mirada
dejando esos esqueletos desamparados de su recuerdo.