El otoño ha llegado, con su dulce melodía
melodía que suena en el aire, recorriendo el tacto de las hojas de los árboles.
El sol en una nueva aventura intenta abrazar los escasos verdes para disipar sus sombras
hay un escaso intercambio que apenas se refleja en las hojas
el otoño muestra su rostro implacable pero si hacer herida.
No queda más que entrelazarse a esa pasión infecta que es contagiosa
para mostrar, la ternura del embellecimiento más allá de los límites
a esos ojos que se acercan al otoño y que lo saben mirar.