Una desazón, un sentimiento de misteriosa angustia invade el ánimo ante esa existencia ciega,somnolienta, adherida a la tierra.
La selva muda, los prados silenciosos, aquel matorral y esta rama no pueden erguirse por sí solos.
El viento es quien juguetea con ellos; danza en la luz del ocaso; se mueve y vuela a donde quiere.
Oswald Spengler