Como en esta vida, no hay que ser, ni resultar ser pesado, con esta entrega daremos por finalizado el paseo por Combarro. No debemos alargarnos en el tiempo.
Como podéis ver aquí conjuga todo, bloques, piedra, madera, metal, plástico, cemento, teja, vale todo.....
(si os fijáis en el hórreo, hay un antiguo recipiente de aluminio para la leche, usado de macetero, veis a lo que me refiero, ingenio marinero...)
Cruceiros dispuestos en los cruces de pequeñas calles que profundizan a la vez que se estrechan y donde los niños juegan con toda tranquilidad.
Se cuidan todos los detalles, y las plantas ornamentales no podían faltar a las puertas de las casas, cobijadas bajo soportales y cuidadas por trabajadas, viejas y roídas columnas de piedra.
Todo en armonía, casas más altas con casas más pequeñas, casas modernas con casas más antiguas, pero todo dentro de un todo y manteniendo un mismo orden.
Grandes caseríos, y otras casas no tan grandes, pero todas ellas hogares.
Madera conjugada con la piedra desconchada por el tiempo, castigada por la salitre.
El musgo, lo líquenes, los helechos, el verde lo invade en su desolación, en su soledad que acompañan únicamente las gaviotas en su nadar.
Perfectas y armoniosas construcciones en piedra, escalinatas, balaustradas, columnas, cruceiros, piedra sobre piedra......
Por esta calle, esculpida sobre la misma piedra granítica salimos del casco antiguo de Combarro, apreciándose al fondo el puerto pesquero y luego el deportivo, veis como todo puede convivir en armonía.
Estos son los hórreos que están al principio o al final según se mire, y están en la plaza del pequeño puerto pesquero.
Pequeñas y viejas embarcaciones "Chalanas" se les llama aquí, desgastadas por el tiempo y descoloridas por el aire marinero.
Todo en calma,sosiego, parece descansar bajo la luz del atardecer.
Amarradas a la espera de una nueva marea, para despertar su pequeña actividad.
Parte del puerto deportivo de Combarro, contraste con las pequeñas embarcaciones pesqueras que sirven de sustento a viejos marineros.
Vista de la ría de Pontevedra desde Combarro, vista de azules, blancos, verdes, azules, rojos, todo un arco-iris.
Luces acogedoras acarician la noche, reflejos en el agua dorada.
Espero no haberos aburrido y en definitiva, un pueblo donde pasear y disfrutar de esta belleza esculpida en piedra, con aroma a salitre que es Combarro.