Se escondían unas tras las otras,
se asomaban cuando pensaban que no se las veía...
Con su espíritu juguetón, porque tras esas caras blancas y heladas,
se guardan infinidad de secretos.
se guardan infinidad de secretos.
Ellas atrapadas en su tablero, frente a sus homónimos,
en su mundo de movimientos pensados y estudiados minuciosamente.
en su mundo de movimientos pensados y estudiados minuciosamente.
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