“Se siembra la paz desde la niñez, programando en el corazón las opciones que aseguran el respeto, la comprensión, la solidaridad, la justicia, la fraternidad, el perdón”. J. Dagorne.-
Él ahí sentado, sin propósito alguno, que estará pensando?, que estará mirando?
está ahí, mirando en el espejo de su mundo, mágico para él.
Tal vez los niños permanezcan en su mágico mundo,
sin prisas, sin ataduras, sin preocupaciones
hasta que llegan a concebir el anhelo y la nostalgia
hasta que el presente aflige melancolía
hasta que la realidad, comienza a teñir su mundo desprevenido
En su mundo mágico, hasta el despertar de su conciencia
hasta que la percepción de la realidad se forma,
hasta que es imposible la retención de escasos recuerdos de la niñez en la memoria-.