Paseo al atardecer

Calle don Filiberto-Pontevedra (casco histórico).

Me gusta pasear al anochecer, porque uno nunca sabe a dónde le llevará el andar.
atrapado en una ilusión de un camino sin fin, donde se mezclan los colores, el gris de la piedra con el color desconocido de las sombras

silencio, tranquilidad, paz, felicidad inacabable en el mundo cotidiano que se cambia sin sentido, acompañado de claros y oscuros, lleno de luz tenue, y acompañado de la dulzura púrpura de las primeras estrellas.

Paseando bajo la luz nocturna allá en la sombra, mis pasos lentos, se unen a los silencios de la noche.