Me adentro en los recónditos de las piedras,disfrutando del silencio
un momento de eternidad, horas muertas
Gris roto por las lágrimas del ocre, una extrañeza que los ha unido
abandonando al olvido y a la sombra, inmóvil en la pared
añicos en la memoria de un tiempo que no se traduce, que no se registra
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